POESÍA

Negué mis ojos a la luz del día,
huí de toda miseria del mundo;
Confié a mi alma toda su armonía
y fué el silencio belleza y segundo...

Cubrí de luz mi oscuro egoismo,
torné mi odio en tenue bondad;
Logré en el amor dicha verdadera
y a manos llenas dí felicidad...

Olvidé dolor y desesperanzas,
divina ilusión presentí en mi vida;
Y en el cielo simple de mi bonanza,
con su inmenso caudal ¡Hice poesía!